21 de febrero de 2011

Capítulo 1

Caroline

Eran las 5 de la tarde y llovía, pero a pesar de eso, todas las calles estaban atestadas de gente. En una esquina se encontraba Caroline, completamente empapada, esperando a que su tienda de discos favorita (Red Boots) abriera. Como siempre, había olvidado su paraguas, o más bien, lo había dejado en casa a propósito para poder mojarse, le encantaba poder andar bajo la lluvia sin paraguas. Mientras esperaba, Caroline estaba pensando en Nick, el dependiente de Red Boots y por el que Caroline siente cierta atracción. Lo conoció hace unos años, cuando el empezó a trabajar en la tienda, ella iba a comprar un disco de los Sex Pistols y al entrar lo vio colocando un montón de pósters, se acercó y Nick le lanzó una de sus maravillosas sonrisas mientras le preguntaba si necesitaba algo. Caroline, que no pudo evitar poner cara de tonta, le pidió el disco que buscaba, al oírlo, a Nick se le iluminó la cara, le encantaban los Sex Pistols y en seguida, se interesó por los gustos musicales de Caroline. A partir de ese día, cada vez que Caroline va a la tienda, ella y Nick se ponen a charlar de música mientras Caroline se aguanta las ganas de besarle.


-¡Ey Caroline! ¡Tú por aquí de nuevo!

-¡Hola Nick!

Nick empieza a abrir la tienda mientras Caroline se pone bien el pelo que está todo mojado.

-Uff, menudo día hace hoy ¿no?

-Si bueno…a mí me gustan los días de lluvia- dice ella.

-No, si a mí también pero estoy harto de esta ciudad tan oscura.

-Oye…-dice ella sonrojándose- ¿te gustaría ir luego a un concierto?

-¿Quién toca?

-Pues… si te digo la verdad ni idea, pero tiene pinta de estar bien por lo que me han contado.

-Ja,ja,ja ¿Seguro? ¿No me llevarás a ver el típico grupito de quinceañeras?

-¿Eso quiere decir que aceptas?

-Sí, claro- dice Nick dedicándole una gran sonrisa.

Caroline, en un ataque de locura, le da un beso en la mejilla a Nick y empieza a reírse tontamente. Nick se queda mirándola y le dice:

-¡Eh!, ¡eh!, que no es para tanto, sólo es un concierto.

-Ya pero tú sabes lo que me gusta a mí la música- le contesta Caroline intentando disimular.

Por fin Nick abre la tienda y Caroline entra, coge el disco que quería y al ir a pagar le dice a Nick que irá a la tienda a la hora de cerrar para buscarlo e ir al concierto.

Tras esto, Caroline sale corriendo hacia casa a pesar de que está diluviando y las calles resbalan.

Al llegar a casa, llama a su mejor amigo Paul para contárselo.

-¿Pero en serio que ha aceptado? Si tu sólo tienes 17 años y el va para 21- le dice Paul.

-Sí, sí, de verdad, me ha dicho que sí.

-¡Bah! Ese está más loco que yo, que ya es decir.

-Paul, lo tuyo es distinto, tu estás enfermo y además… ¡el no está loco!

-Bueno, bueno… y típica pregunta que tú en la vida te harías: ¿qué vas a ponerte?

-¡Coño! ¡Es verdad! No lo había pensado, pero bueno lo primero que vea por aquí me pondré.

-Tu ponte putilla que este tiene pinta de…

-¡No! Nick no es así…-dice Caroline sonrojándose.

-Sí, sí…eso te crees tú.

-Oye Paul tengo que colgarte, voy a ver que hago con mi pelo.

-Está bien, y si quieres pásate por mi casa que mi madre te dará condones.

-¡Ja! Tú tan gracioso como siempre. Adiós anda…

-¡Adiós y suerte! Pásatelo bien por mí también ya que yo no puedo ir…tengo que ir a terapia.


Caroline cuelga y se tira en la cama, empieza a pensar en como será la cita. Se imagina cerca de Nick, él cogiéndole la mano, sonriéndole… en ese momento mira el reloj y son ya más de las 7.

-¡Mierda! Nick sale a las 8 y tengo que arreglarme…

Como de costumbre, deja todo para última hora pero una hora es suficiente para ella. A las ocho menos veinte ya está saliendo de su casa en dirección a Red Boots. Lleva la falda negra medio rota que tanto le gusta, su camiseta cortada y arreglada por ella de The Cure y sus viejas New Rock negras.

Al tiempo que camina, su larga y negra melena ondea al viento y ella se quita el flequillo de la cara, siempre le molesta el flequillo. Empieza a chispear y como de costumbre el paragüas está decorando el paragüero de su casa.



Paul

Paul está tirado en la cama, leyendo una revista que encontró tirada por su casa. No había nada demasiado interesante pero al menos así evitaba el pensar en sus cosas.

Suena el teléfono.

¿Diga?-dice Paul

-¡Hola!- se escucha una alegre voz al otro lado del teléfono.

Era Caroline. Le estaba contando que tenía una cita con Nick esa noche. Todavía no entiende como a su amiga puede gustarle esa especie de Ken punkarra que vende discos.

Cuelgan y sigue leyendo su revista.

-¡Hermanito!

-Olivia déjame en paz anda, estoy leyendo.

-Jo, yo quiero jugar contigo...-dice Olivia con cara de pena.

-Eres una pesada, vete.

-¿Por qué no le dices a tu amiga que se venga a jugar conmigo?

-Porque tiene planes, vete.

Olivia corre y se tira encima suyo en la cama.

-¡Tonto! Tienes que hacer planes con ella para que sea tu novia y podamos jugar juntas.

-Déjate de tonterías. Nosotros no vamos a ser novios, es mi amiga.

-Pero tú eres guapo y a ella le queda bien el rosa...-dice la pequeña con cara sospechosa.

-Ni yo soy guapo ni ella se va a vestir de rosa, sabes que lo odia.

-Ya, pero yo no- sonríe de forma triunfal.

-Anda vete y deja de soñar.

-Jo hermanito, eres un aburrido. No me extraña que estés loco- dice ella saliendo de la habitación.

¿Será posible que una enana me trate así? Aunque bueno, en realidad tiene toda la razón del mundo, no soy un buen hermano. Debería de jugar alguna vez con ella. ¡Bah! Que se vaya con sus amigos y me deje tranquilo. Ya tengo bastante con mis juegos mentales.

Termina de leer la revista y corre a arreglarse para su cita con el psiquiatra.


-Buenas Paul

-Hola doctor

-¿Cómo te encuentras?

-Mucho mejor, la verdad.

-¿Seguro? Ya sabes que cualquier cosa me la puedes contar.

-Sí, últimamente ni siquiera tengo pesadillas.

-¿Cómo fue la última que tuviste?-pregunta el doctor anotando algo en su libreta.

-Pues estaba en una cama de hospital y una enfermera se me acercaba, sacaba una aguja y me la clavaba en el corazón.

-Ajam. ¿Y pasaba algo más?

-No, yo moría y ella se iba.



Y así un día tras otro, teniendo que contar sus cosas a un hombre al que probablemente no le importara nada de lo que le contaba pero tenía que hacerlo si quería mejorar. Y el quería, era lo que más quería. No soportaba esas horribles visiones ni las voces que le taladraban la cabeza. Quería poder pensar por sí mismo, sin fantasías de por medio.

Iba caminando dirección a casa. Al llegar corrió directamente a su habitación y se metió en la cama pensando que tal le iría a Caroline con Nick

2 comentarios:

  1. Amiga de rosa ehhh? Claro claro...xDDD si Nea supiera estas cosas...

    Jo, me encantan estos dos, algún día debería hacer lo mismo con los mios *__* XD

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  2. Nea puede estar muy pero que muy tranquila. La mejor comparación que puedo hacerte es tu con Nacho xD NUNCA pasaría nada xD
    Y si, tienes que hacer esto con los tuyos y también tenemos que hacer esto con nuestro rol de locos :D

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